Usar un laboratorio de idiomas en su centro educativo crea un entorno de aprendizaje mucho más eficaz que la enseñanza tradicional en el aula. Y es que, además de potenciar las capacidades de los alumnos, permite un alto grado de inmersión y de atención a la diversidad. Un aula en red, fomenta la participación entre alumnos y la integración de diferentes ejercicios en el idioma. La manera más eficaz de aprender un idioma es practicándolo. Y en cierta manera, aprender idiomas es comparable a aprender a nadar. Ya que los conocimientos teóricos son importantes pero sin la práctica no servirán de nada. Por eso, el laboratorio de idiomas es la mejor solución para poder aprender idiomas con éxito.

Vamos a empezar por el principio, hablando de qué es un laboratorio de idiomas, por qué usarlo y cuáles son sus características principales.

 

Usar laboratorio de idiomas en clase

 

¿Qué es un laboratorio de idiomas?

Un laboratorio de idiomas interactivo o aula en red permite integrar el método de idiomas que desee el profesor, facilitando el desarrollo de un gran número de actividades diferentes en el aula, a través del uso de material multimedia. Todo con la aplicación de un software de control, es decir, mediante el uso de un programa informático que sirve para controlar los ordenadores de los alumnos y saber qué es lo que están haciendo en cada momento. Las aulas en red son instrumentos muy completos para el entrenamiento de la comprensión auditiva de idiomas; entornos para estudiar, experimentar, aprender el funcionamiento de los idiomas y practicar su uso.

Por ello, estas aulas se configuran utilizando tecnología multimedia avanzada y de comunicaciones flexibles para crear espacios de trabajo locales y virtuales con cualquier tipo de herramienta necesaria para el procesamiento de los materiales para el aprendizaje de idiomas o de informática.

 

#1. Contenido interactivo a usar en un laboratorio de idiomas

Usar un laboratorio de idiomas, con su versatilidad para utilizar una amplia gama de materiales didácticos, se presenta como un recurso de gran valor en el campo de la enseñanza lingüística. El imparable avance de las nuevas tecnologías educativas ha brindado a los docentes un acceso sin precedentes a una cantidad ilimitada de medios y recursos, especialmente a través de la red. Sin embargo, el desafío radica en seleccionar material de calidad y, lo que es aún más importante, asegurarse de que dicho material sea efectivo para el proceso de aprendizaje.

En este contexto, la integración de aulas en red en el centro educativo se vuelve fundamental, ya que permite a los alumnos sumergirse en un entorno dinámico e interactivo que cuenta con materiales multimedia únicos y altamente efectivos. Estas aulas en red se convierten en espacios donde la teoría se encuentra con la práctica, fomentando un aprendizaje significativo y estimulante. Además, al emplear recursos multimedia, como videos, audios y actividades interactivas, los estudiantes pueden mejorar su comprensión auditiva, expresión oral y escrita, y su capacidad de interactuar en situaciones reales. La combinación de herramientas digitales y enfoques pedagógicos innovadores promueve un aprendizaje activo y autónomo, lo que a su vez estimula la motivación y el interés de los alumnos en el proceso de dominar un nuevo idioma.

 

#2. El profesor se apoya en la tecnología educativa

Un laboratorio de Idiomas supone un gran adelanto en las aulas, donde el profesor sigue siendo el protagonista. Pero gracias a la tecnología educativa que incorporan las aulas en red, el profesorado cuenta con las herramientas necesarias para que su clase sea totalmente efectiva.

Con estas soluciones, las clases ganan en autonomía: los alumnos pueden ir cursando los contenidos a su propio ritmo sin tener que ir a remolque o aburrirse en clase. Y además, cuentan con el apoyo de un profesor que puede resolver sus dudas en todo momento.

No solo es bueno para los estudiantes, con este tipo de plataformas el profeso recibe información en tiempo real del rendimiento de sus alumnos y puede hacer un seguimiento mucho más exhaustivo, y lo que es mejor, sin prácticamente esfuerzo. La información recogida en los cursos de sus alumnos se puede organizar de forma individual o grupal para acceder a todo tipo de informes.

 

#3. Tipos de laboratorios: de idiomas y de informática

Existen diferentes tipologías de laboratorios, ya sean de idiomas o de informática. Pero además de esta distinción, por lo que realmente se diferencian, es por aquellas que se configuran en forma de aulas en red completas y los portátiles.

El primero se trata de una instalación completa, equipada y configurada desde la base como los de idiomas, incluyendo todos sus elementos desde el mobiliario, red de informática y elementos multimedia. Todo este equipamiento diseñado como un sistema global para proporcionar un entorno específico y perfecto para la enseñanza de idiomas, aunque generalmente el centro educativo lo rentabilice también para impartir otro tipo de disciplinas, como informática. Los portátiles, por el contrario, permiten la adaptación de cualquier aula con ordenadores a la enseñanza de idiomas. Normalmente son autoinstalables y permiten al centro reaprovechar infraestructuras existentes, con una menor inversión pero sin sacrificar la funcionalidad.

En conclusión, usar un laboratorio de idiomas en su centro educativo es la mejor solución formativa para que sus alumnos aprendan inglés, francés, alemán, español, ruso, portugués, etc, de forma interactiva y eficaz.

 

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