El e-learning es un fiel reflejo de la evolución tecnológica que nos rodea. En este caso, adaptando la innovación de las TICs, a los hábitos del alumno, a las características de cada centro educativo, y a las particularidades de cada proyecto de aprendizaje. ¿Cómo hemos llegado aquí? Quizás conviene hacer un poco de historia para valorar la progresión geométrica que ha experimentado el e-learning

Un poco de historia…

Mucho han cambiado las cosas desde que en 1986 se comenzaran a diseñar los primeros módulos de lo que se conocía como “Enseñanza Asistida por Ordenador” (EAO). Poco después, en 1988, se incluye el primer producto EAO (nada menos que 11 “disquetes”) en un programa de formación. Y ya en los 90, los proyectos de formación se extendieron a través del CD-ROM.

No sería hasta la segunda mitad de los 90 cuando se inicia el aprendizaje online: las empresas tecnológicas introducen Internet en su oferta formativa. Entonces, los cursos todavía se estudiaban off-line, y los alumnos se relacionaban en entornos virtuales. En el año 2000, algunas multinacionales y academias de idiomas sistematizan el aprendizaje online. Un tiempo en que la expresión e-learning se escucha cada vez más. Sin embargo, los avances en calidad de contenido no mantenían la misma progresión que las capacidades técnicas de los cursos.

La llegada del estándar SCORM

Entonces, un término que hoy se trata con frecuencia en formación e-learning, revolucionó las posibilidades del aprendizaje: como iniciativa del Departamento de Defensa de los EEUU para desarrollar las primeras guías que permitieran la implantación eficiente de la formación a través de Internet, el 31 de Enero de 2000 se publica la versión 1.0 del modelo SCORM (Sharable Content Object Reference Model).

Los inicios del Blended Learning y la contundencia de los datos actuales

En 2002, comienzan los primeros cursos bajo la modalidad de Blended Learning (combinación online y presencial). En 2003 la diversificación de cursos va mucho más allá de Ofimática e idiomas. El e-learning se extiende a universidades, enseñanza y empresas (no solo grandes corporaciones). En 2009, ya han recibido clases online 55 millones de estudiantes. Y en 2012, la palabra e-learning genera más de 2´5 millones de búsquedas mensuales en internet. Nacen los primeros MOOCS (Massive Open Online Courses) en las universidades, y con ellos, un gran impulso para el acceso a la enseñanza. En 2013, los MOOCS llegan a la formación en empresas, y en 2015, según un estudio de Ambient Insight’s, el mercado mundial de productos digitales para el aprendizaje de idiomas alcanza 2800 millones de dólares. Las previsiones apuntan a que en 2020 la tasa de crecimiento anual será del 6,2% y 3800 millones de ingresos.

Si nos atenemos a esta evolución, las ventajas que proporciona el e-learning a las academias de idiomas no solo resultan significativas, sino que aumentan constantemente. De momento, podemos conocer algunas…

 

7 ventajas del e-learning para las academias de idiomas

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#1. Reducción de costes.

Las posibilidades de gestión que incorpora un LMS respecto a número de alumnos y cursos, permiten que no haya límite de inscripciones, ni siquiera de cursos por alumno de manera simultánea. Todo ello redunda en una optimización económica que influye decisivamente en la capacidad competitiva de las academias.

#2. Atender la demanda de mercado en cuanto a modalidad de aprendizaje.

La formación e-learning es imparable. Los nuevos alumnos no solo quieren aprender un idioma, sino una manera de aprender un idioma. Es decir, familiarizarse con las nuevas tecnologías, aprovechar las herramientas de socialización y de comunicación, sentirse integrados en la dinámica del curso, sentir que los demás también se implican en su progreso… En definitiva, no solo disfrutan de las competencias adquiridas, sino de los recursos que pone a su alcance un LMS. Las Academias son cada vez más conscientes de esta mentalidad. Podemos comprobarlo en su esfuerzo para ofrecer las herramientas y metodología que respondan a las exigencias de los alumnos en cuanto a dinamismo, entretenimiento, participación y, por supuesto, eficacia.

#3. Capacidad competitiva.

Incorporar formación e-learning supone un salto tecnológico muy significativo para una academia de idiomas. Una modernización que no solo redunda en su posicionamiento y percepción como centro de enseñanza de vanguardia, sino que permite actualizar y ampliar la oferta formativa de una manera especialmente rápida mediante nuevos cursos y niveles, y ofrecer la modalidad formación (online o blended) que mejor se ajuste a los hábitos y objetivos del alumno.

#4. Rigor académico.

Además de disponer de contenidos y recursos para el aprendizaje eficaz de las competencias lingüísticas, una plataforma educativa orientada a la formación de idiomas debe ofrecer los niveles de cursos equivalentes al estándar MCER (Marco Común Europeo de Referencia), alineados con los exámenes oficiales (Cambridge, TOEFL, DELF-DALF, Goethe, etc). Factores que redundan en la credibilidad y rigor académico del centro.

#5. Nivel de satisfacción del alumno.

La formación e-learning debe fomentar el aprendizaje colaborativo. Para ello debe ofrecer recursos orientados a la socialización (chats, email, foros…). Debe proporcionar contenidos estructurados, audiovisuales e interactivos, basados en situaciones reales, capaces de facilitar una inmersión lingüística completa y un aprendizaje progresivo, natural e intuitivo. Debe facilitar las herramientas adecuadas para que el alumno conozca su nivel de formación (test, ejercicios de autoevaluación, exámenes online). Debe disponer de ejercicios específicos para las áreas a reforzar, y contar con los recursos adecuados para gestionar su tiempo y marcar su ritmo de aprendizaje (agenda, calendario, horario, notificaciones).

Entonces, los alumnos mejoran su predisposición, su motivación, su implicación en el aprendizaje y por lo tanto, sus resultados y nivel de retención cumplen con las mejores expectativas. La consecuencia, una valoración positiva para la Academia. Algo que, hoy en día, adquiere más valor que la propia comunicación que pueda hacer la Academia de sus servicios.

#6. La mejor versión de cada profesor.

El e-learning ayuda a proyectar todo el potencial académico de los profesionales de la enseñanza. El profesor pasa de ser transmisor de contenidos, a tutor que orienta, guía, ayuda y facilita los procesos formativos. Funciones que a su vez, contribuyen a mejorar la motivación docente e influyen en la calidad del aprendizaje

#7. Internacionalización.

En el aprendizaje de idiomas, no hay fronteras. Hoy un LMS que incorpore virtual classroom puede tener alumnos en cualquier lugar del mundo. De manera que el aprendizaje adquirido por un alumno a 10.000 km, puede generar un alto nivel de satisfacción que sea transmitido a otros alumnos, y contribuir así a la expansión de la Academia. Con formación e-learning, la internacionalización se convierte en una opción real, cercana, y un factor de extraordinario valor comercial.

¿Cómo puede aprovechar estas ventajas una academia que se inicie en e-learning?

Mediante un proveedor capaz de adaptarse a cualquier proyecto de formación, a las características del centro y los objetivos de aprendizaje de los alumnos. En este sentido, Dexway, la división especializada en la formación online de idiomas de Computer Aided E-learning (CAE), cuenta con más de 40 años de experiencia en el sector, y un marcado perfil innovador que permite convertir cada curso de idiomas en una experiencia de aprendizaje gratificante y diferenciadora.

 

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