Crear y poner en práctica un programa educativo es una labor compleja que todo profesor conoce bien. Como si de un iceberg se tratara, en la enseñanza se ve fácilmente la punta que representan las clases o las tutorías con los alumnos, pero hay mucho trabajo por debajo del océano que no se aprecia a primera vista y que es fundamental para que el aprendizaje pueda darse. Además, si hablamos de un entorno digital la complejidad del proceso aumenta. Por eso, contamos con una base teórica y práctica denominada diseño instruccional.

Su fin es definir los aspectos fundamentales que se deben respetar durante el desarrollo de un programa educativo, a partir de las herramientas y de los recursos disponibles, con el fin de cumplir los objetivos de aprendizaje previamente fijados.

Como es lógico, la metodología aplicable cambia en función de si la enseñanza es presencial u online. Cuando esta está pensada para impartirse en persona, el mayor peso del trabajo docente debe recaer en el contenido, en la manera de darlo y en su evaluación. Mientras que cuando esta se plantea para un entorno digital, es preciso hacer una labor mucho más profunda de preparación, de programación y de seguimiento a través de las tutorías, porque los límites de las clases dejan de estar definidos.

diseño instruccional

 

El profesor, mucho más que el mero transmisor de un discurso didáctico

Actualmente, ser un profesor en la educación e-learning va mucho más allá de dominar el contenido. Este debe contar con una serie de aptitudes para poder participar del diseño instruccional y para conseguir que este sea certero y eficaz:

  • Es fundamental que conozca la base de las diferentes teorías y metodologías pedagógicas y de enseñanza (conductismo, constructivismo, taxonomía de Bloom, etc.).
  • Tiene que ser capaz de definir objetivos coherentes y alcanzables para el programa educativo que va a impartir.
  • Ha de contar con facilidad para valorar y organizar los materiales y medios de los que dispone, para adaptarlos al curso y para aprovecharlos en beneficio del alumno.
  • Sus aptitudes y capacidades tecnológicas deben ser altas, para poder emplear los recursos digitales y las herramientas online que están a su alcance en el planteamiento y desarrollo del programa educativo en el que se va a apoyar.
  • Si dispone de ella, la virtud de la creatividad le será de gran ayuda, porque el e-learning presenta multitud de soluciones y de posibilidades para motivar al alumnado, para mantener su interés y para facilitar sus procesos de aprendizaje.
  • También será importante que sea lo suficientemente flexible para adaptar su plan de trabajo a las necesidades de cada momento, así como para llevar a cabo una atención más personalizada y enfocada a la tutorización continua. Esto también implica plantear soluciones para llevar a cabo procesos de evaluación que no requieran exclusivamente de la presencialidad.

 

Muchos modelos, pero una estructura común para cada diseño instruccional

Dice el refrán que “cada maestrillo tiene su librillo” y en diseño instruccional también ocurre lo mismo. Cada profesor de e-learning seguirá sus propios criterios a la hora de preparar su trabajo y de diseñar una estrategia digital que cubra todos sus objetivos de enseñanza. De hecho, hay multitud de modelos y de técnicas que se pueden utilizar en función de cada necesidad (principios de Merrill, modelo de Kemp, ASSURE, etc.), pero se puede decir que existe uno de ellos que, por su simplicidad y efectividad, está aceptado universalmente.

Nos referimos al modelo ADDIE. Actualmente es el empleado en multitud de procesos de diseño instruccional para la educación e-learning, pues está especialmente pensado para potenciar la enseñanza a partir de los recursos tecnológicos. Surgió a mediados de la pasada década de los 70 por iniciativa de la Universidad de Florida (EE. UU) en el contexto de la formación militar, pero con el tiempo ha evolucionado y se ha adaptado para responder a las necesidades actuales.

Su nombre se debe al acrónimo que forman sus fases, las cuales son lo suficientemente amplias y flexibles como para encajar en cada necesidad concreta. Aquí las detallamos:

  • Fase de análisis: Es el pilar que sustenta el resto de puntos del diseño instruccional. Como su nombre indica, implica analizar multitud de aspectos: las necesidades que va a tener el programa, su contenido, los recursos disponibles para su desarrollo, el perfil de los alumnos a los que va a ir destinado y la viabilidad de los objetivos que se establecen durante estos primeros pasos.
  • Fase de diseño: ¿Cómo vamos a hacer nuestro curso? Aquí lo que se busca es construir el armazón estructural que va a dar forma al programa que estamos preparando. Implica tener claros aspectos como la estrategia, el enfoque y el camino a seguir, los plazos fijados para conseguir cada objetivo, los recursos que se van aprovechar…
  • Fase de desarrollo: Consiste básicamente en ponerse manos a la obra para crear los contenidos. Una vez que ya tenemos claro el estilo y la forma con la que queremos transmitir unos conocimientos concretos, el siguiente paso es preparar el material que se va a emplear y adaptarlo a las posibilidades que nos ofrece la educación e-learning.
  • Fase de implementación: Cuando ya se ha fijado el fin a perseguir, el camino está bien marcado y el material está listo y disponible, es el momento de poner en marcha el curso. Hay que tener en cuenta que todo el trabajo que se ha hecho hasta este momento ha sido para que esta fase se pueda desarrollar correctamente, pero a su vez es muy importante que la forma de enseñar encaje perfectamente con el enfoque previamente dado y con las herramientas que se emplean.
  • Fase de evaluación: Es el último paso y el que va a medir la eficacia de todo el proceso de diseño instruccional que se ha llevado a cabo. Incluye tanto el proceso de evaluación para calificar los conocimientos que han adquirido los alumnos, así como fórmulas para que estos valoren la idoneidad del programa que han seguido y la labor del docente e-learning a la hora de ponerlo en práctica.

 

Voluxion, la solución de CAE para el diseño instruccional e-learning

En definitiva, el diseño instruccional implica toda la labor previa que debe hacer un profesor para crear un mapa de ruta metodológico, con el que pueda poner en práctica un programa educativo que tenga unos objetivos concretos. Permite seguir una estrategia bien definida y no perderse a lo largo de todo el proceso, lo cual es de agradecer en la educación e-learning, donde los recursos y las opciones disponibles son abundantes y, en algunos casos, complejos.

Precisamente, las peculiaridades de la educación a distancia pueden imponer a más de uno a la hora de intentar adaptar sus metodologías tradicionales al nuevo entorno digital. Por fortuna, en CAE (Computer Aided E-Learning) contamos con herramientas especialmente pensadas para facilitar esta transición. Entre ellas, la plataforma LCMS (Learning Content Management System) Voluxion, la cual destaca por ser la forma de enseñanza y de aprendizaje de idiomas más avanzada del mercado.

Voluxion está preparada para aprovechar la tecnología más moderna y para potenciar las funcionalidades y los sistemas de comunicación que son esenciales en el desarrollo eficaz de los procesos de gestión de la formación. De esta forma, está especialmente destinada para los centros o academias de enseñanza de idiomas, y puede marcar la diferencia al permitir que los docentes diseñen sus propios contenidos interactivos y que los adapten en función de las necesidades de sus alumnos.

Así, Voluxion está revolucionando la manera de afrontar los diseños instruccionales y por ello le invitamos a informarse sobre todo lo que le puede ofrecer para su academia o centro de idiomas. Consúltenos sin compromiso y descubra la forma más sencilla de poner en práctica una enseñanza e-learning moderna, eficaz y productiva.

 

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